Nuestros antepasados han dejado su huella y su legado entre nosotros para que tú lo disfrutes
La historia de Benissa es el relato de una tierra asomada al Mediterráneo en la que el hombre ha dejado su huella desde tiempos prehistóricos y pasando, por supuesto, por iberos, romanos, árabes y cristianos.
El hallazgo de pequeñas pinturas rupestres nos indica que los asentamientos humanos se remontan al menos hasta el Neolítico. Mientras que el paso de los romanos queda ampliamente documentado por los restos de monedas y ánforas descubiertos en los fondos de nuestro litoral.
Sin embargo, para el origen del topónimo que da nombre a Benissa (Banu-Issa) nos tenemos que esperar hasta el periodo de influencia musulmana, pues el vocablo es de procedencia árabe. De igual modo sucede con la mayor parte de las partidas rurales del término, que hoy conservan su nombre árabe. Esto confirma la tesis histórica que señala la existencia de un importante núcleo de población árabe cuando Jaume I el Conquistador llega en 1248 a Benissa. Tras la expulsión de los moriscos (1609), nuestra geografía fue repoblada por gentes procedentes de los Pirineos, Cataluña y Aragón. De esta época datan las murallas que circundaban la villa, de cuyos restos quedan aún pequeños vestigios.