De estilo renacentista y caracterizado por unas grandes arcadas de piedra, es uno de los edificios históricos más importantes del municipio
Este edificio fue construido a finales del siglo XVI en pleno centro de la Villa Vieja, en la antigua Calle Mayor. Su principal función fue la de almacén para la contratación y venta de trigo, comercio de vital importancia durante el medioevo. Más tarde cambió sus funciones a Casa de la Villa (lo que hoy sería el Ayuntamiento), alojando en sus estrechas salas al Consejo, el archivo, la prisión y los cargos administrativos de la época. Ya en el siglo XX sirvió como escuela unitaria (de Primeras Letras y Academia de Bachillerato). En su interior se conserva una máquina para mondar almendras, inventada y patentada por el industrial local Silvestre Ivars, que obtuvo un gran éxito en los años 30 del siglo pasado.